martes, 2 de junio de 2009

El laberinto (1956) es una obra kafkiana: en un mundo caótico, Esteban escapa de las cadenas con que lo ató el dueño de esta realidad: Justino, que lo condena a muerte por crímenes no cometidos. Esteban huye del laberinto y de la hija de Justino para reiniciar la pesadilla anterior.

Oración (1957), refleja brevemente el hastío de una ingenua pareja, que acaba de asesinar a su hijo. Piensan asumir los preceptos éticos de la Biblia.

Cierra esta fase El cementerio de automóviles (1957): Emanu, trompetista de los pobres, es traicionado por el clarinetista Topé y entregado a la autoridad de Lasca y Tiosido, ante la indiferencia de una sociedad que habita automóviles abandonados. La connotación evangélica es evidente.
Hacia 1957 comienza el teatro prepánico.

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